Henri Cartier-Bresson (1908–2004) fue uno de los fotógrafos más influyentes del siglo XX y considerado el padre del fotoperiodismo moderno. Nació el 22 de agosto de 1908 en Chanteloup-en-Brie, Francia, en el seno de una familia acomodada. Inicialmente se interesó por la pintura y estudió arte bajo la influencia del pintor cubista André Lhote, lo que marcó profundamente su sentido de la composición visual.
En 1932 encontró su verdadera vocación al adquirir una cámara Leica de 35 mm. Con ella comenzó a recorrer las calles capturando escenas cotidianas y momentos espontáneos con una precisión extraordinaria. Fue entonces cuando desarrolló su célebre concepto del “instante decisivo”, según el cual existe un momento único y fugaz en el que la forma, la luz y la acción se alinean perfectamente para crear una imagen significativa.
Viajó por Europa, África, Estados Unidos y Asia, documentando importantes acontecimientos históricos como la Guerra Civil Española, la Segunda Guerra Mundial, la liberación de París y la revolución china. Durante la Segunda Guerra Mundial fue hecho prisionero por los nazis, pero logró escapar tras tres intentos fallidos y se unió a la Resistencia francesa.
En 1947, junto a Robert Capa, David Seymour (Chim) y George Rodger, fundó la agencia Magnum Photos, una cooperativa que revolucionó el mundo de la fotografía al otorgar mayor control a los fotógrafos sobre su trabajo.
A partir de los años setenta abandonó gradualmente la fotografía para regresar al dibujo, su primera pasión. Falleció el 3 de agosto de 2004 en Céreste, Francia, a los 95 años, dejando un legado inmenso que sigue influyendo a generaciones de fotógrafos y artistas visuales en todo el mundo.
Noelia Maillo Pérez de Burgos