lunes, 16 de diciembre de 2013

Las 3 Características Sobre Iluminación Natural Que Debes Conocer Para Lograr Mejores Retratos

 

La Intensidad

La primera diferencia entre iluminación artificial y natural es, por supuesto, la incapacidad de regular a nuestro antojo la intensidad de la luz, así que tenemos que buscar algunos trucos para adaptarla a nuestro propósito.
Luz Natural - Intensidad
Piensa en un día soleado, la luz directa del sol se hace muy dura y origina fuertes contrastes que no resultan apropiados en la fotografía de retrato (fotografía superior izquierda). ¿Qué podemos hacer?
  • Busca una zona de sombra, por ejemplo, bajo un árbol, porche, edificio, etc.
  • Logra crear esa sombra, o zona de menor intensidad con una tela, difusor, etc. En la imagen superior derecha puedes ver cómo un difusor ha permitido evitar esos fuertes contrastes.
Como es lógico, si en lugar de un día soleado, tenemos suficientes nubes en el cielo, éstas harán de fantásticos difusores para la luz de nuestra escena. Es el modelo ideal de iluminación en exterior para retratos.
Aunque no te fíes, en función de la intensidad del sol y de que las nubes puedan no ser suficientemente densas, es posible que también en días nublados debas buscar sombras o crearlas. ¿Recuerdas el artículo en que te contábamos cómo trabajar con un reflector 5 en 1 para reducir la intensidad de la luz del sol?

El Color

Otra diferencia fundamental entre la iluminación natural y la artificial es, sin lugar a dudas, el color de la misma. La luz artificial de los flashes está regulada para ser una luz blanca a la que estamos muy acostumbrados y que resulta muy sencilla de interpretar por parte de nuestra cámara.
Sin embargo, cuando la luz es más fría, o más cálida (como es lo propio de la iluminación natural a lo largo de las distintas horas del día), o tiene tintes verdes, o magentas, o de otra dominante (por la presencia de un objeto que está rebotando la luz), la interpretación de los colores ya es más difícil.
Luz natural - Color
Nuestros ojos son capaces de, dada una iluminación, adaptar nuestra percepción de los colores teniendo en cuenta dicha iluminación. Sin embargo, nuestras cámaras no, y por eso existen distintos modos de balance de blancos: soleado, nublado, sombra, tungsteno, fluorescente…
Habitualmente, la escena no es una de las típicas, sino que la presencia de vegetación, o de una pared, que están actuando también como emisores de iluminación a través de la luz que reflejan, hacen que no sea tan sencillo acertar fácilmente con el balance de blancos.
Es el caso de la escena superior, tomada en plena luz del día, pero con una enorme pared amarilla a la derecha de los niños. Esta pared originaba, si no se tomaban las medidas oportunas (corrección del balance de blancos), como en la imagen superior izquierda, que la escena quedase impregnada de una excesiva y desagradable dominante amarilla.
Para salir airoso de estas situaciones te recomiendo algunos consejos:
  • Dispara en RAW y así, aunque no hayas hecho una buena elección en el momento de la toma, podrás corregirlo sin miedo a pérdida de calidad en el procesado.
  • Utiliza accesorios que te permitan ajustar adecuadamente el balance de blancos. Eso es, estoy hablando de las tarjetas de grises. ¿No sabes cómo se usan?
Es posible que optes por no balancear adecuadamente la imagen y lograr resultados distintos. En cualquier caso, sea cual sea tu intención, deberás tener en cuenta que el color de la luz natural varía, no es un blanco perfecto como el del flash y requiere nuestra atención. No lo olvides.

La Dirección

Luz Natural - DirecciónSi las diferencias anteriores eran obvias, ¿qué me dices de esta última?, ¿o acaso con iluminación natural eres capaz de mover el sol a tu antojo y la dirección del mismo con la misma facilidad con la que cambias de posición un softbox?
Claro, si con iluminación artificial el sujeto puede permanecer quieto y sólo requerimos el movimiento de los accesorios, con iluminación natural es el sujeto el que debe variar de posición, de situación en la escena y de dirección en su mirada para buscar que la iluminación sea la adecuada.
Resulta, por tanto, fundamental conocer de dónde procede la luz y cómo está actuando sobre el sujeto para situar a éste en el punto apropiado. A este respecto, déjame que te dé unos consejos.
  • Salvo que la luz sea suave, no sitúes al sujeto de modo que la luz incida directamente sobre su cara. Esto le hará fruncir el ceño, estar incómodo, ser incapaz de abrir los ojos, etc. Por no hablar de que las sombras que se generen serán muy duras.
  • Si además de la luz natural cuentas con un flash, o con un reflector, sitúa al sujeto de espaldas al sol y trata de iluminar su rostro con el reflector, o bien con el flash de relleno, para evitar que éste quede oscuro. O no apliques ninguno de estos dos accesorios si lo que buscas es una silueta o contraluz, como en la imagen de la derecha.
  • Otro modelo que suele funcionar muy bien es situar al sujeto con el sol ligeramente en su espalda, pero nunca saliendo en la fotografía. Producirá destellos en su pelo y en la parte de la cara directamente iluminada que ofrecerán resultados muy satisfactorios.
Si dispones de tiempo suficiente y un sujeto voluntarioso, puedes, para preparar la toma, situarte enfrente de él y realizar un giro de 360º a su alrededor, pidiéndole que rote sobre sí mismo para no dejar de mirarte en ningún momento.
A través de este ejercicio podrás observar cómo actúa la luz en cada posición y quedarte con aquella toma en la que la luz origina el resultado deseado.

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