Annie Leibovitz: «Quiero retratar a los Príncipes, hoy se lo voy a pedir»
MANUEL DE LA FUENTEMANOLHITO / OVIEDO
Día 25/10/2013 - 18.18h
La fotógrafa recibe hoy el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades
A los indios pieles rojas no les gustaban las fotografías. Pensaban que quien los retrataba les robaba el alma. Solo a finales del siglo XIXEdward S. Curtis consiguió fotografiarles cuando se ganó su confianza después de pasar por ritos iniciáticos bastante dolorosos y que le consideraron uno suyo.
Suerte tuvieron oglalas, apaches, cheyennes y comanches de que por el Lejano y a menudo salvajísimo Oeste no anduviera, cámara al hombro, una tal Annie Leibovitz, fotógrafa que carrete a carrete le ha robado el alma a medio Hollywood, a buena parte del mundo del rock, a los musculosos y vitaminados deportistas profesionales, a unos cuantos prebostes de la política norteamericana, y hasta a la mismísima reina Isabel II de Inglaterra. Pobre Lennon, que llegó al cielo cinco horas después de que Leibovitz le fotografiara en la cama con Yoko. «Vengo sin alma», le dijo a un alucinado San Pedro, que inmortalizó el momento con su polaroid.
«Una buena foto es aquella que parece hecha como si no hubiera cámara»
Que la vida se ponga cuesta arriba, que no te cuadren las cuentas, que se muera el amor de tu vida y que tengas que lanzarte a las carreteras americanas como si hubieras nacido para correr son gages del oficio de la existencia, simplemente que la vida se ha puesto en negativo. Pero, a pesar de estos pesares, Annie Leibovitz no se ha velado, y más bien revelada (simpatiquísima y cercana) llegó ayer a Oviedo donde hoy recoge el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades.
La fotografía, «el chico malo»
Annie llegó exultante, exclamando «¡Oh, my God!» ante la multitud de compañeros gráficos que querían retratarla. «Mi corazón está con vosotros», les dijo. Recordó a su pareja, la escritora Susan Sontag, premiada aquí en 2003, y defendió su trabajo: «La fotografía siempre ha sido el chico malo, pero es un arte. Hoy, una imagen tiene más poder que nunca». También habló de sus retratos que «son encuentros psicológicos, con ellos puedo tener una voz y contar historias» y reflexionó sobre la experiencia y la madurez: «Envejecer es saber y conocer lo que estás haciendo».
Annie Leibovitz también reconocía que le habría gustado retratar a Lincoln, a la bailarina Martha Graham y a Elvis y subrayó que una buena fotografía es aquella que «parece hecha como si no hubiera cámara». También habló de España, tierra que ya ha visitado en varias ocasiones: «Me encanta este país, es muy físico». Y, finalmente, hizo una promesa que tiene que cumplir hoy mismo: «Voy a decirles a los Príncipes que les quiero hacer un retrato. Me encantan las fotos de familia, y sería un honor hacerla».
Fuente: ABC.es|CULTURA
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