Louis
Daguerre inventó el daguerrotipo (nombre que demuestra que no era
precisamente modesto) en los años treinta del siglo XIX. Este ingenio se puede
considerar como el primer procedimiento fotográfico que se dio a
conocer públicamente. Cuando perfeccionó su invento hizo lo mismo que
nosotros cuando nos compramos una cámara nueva, se dedico a tirar
fotos a diestro y siniestro. Bueno, no tan alegremente porque para poder hacer
una foto tenia que dejar el aparato funcionando unos
diez minutos, que era el tiempo de exposición mínimo para poder
impresionar las placas. Uno de estos primeros daguerrotipos hecho en
1839 lo llamó 'Boulevard du Temple, Paris', y muestra el
citado bulevar a las ocho de la mañana:
Como podéis ver
la calle estaba desierta ¿no? Pues no, a esas horas el bulevar era un auténtico
hervidero de gente que iba de aquí para allá a toda prisa,
ya sea andando o en coche de caballos. ¿Y donde está toda la gente? Pues
sencillamente, como se movían no salieron en la foto. Como
mencioné antes el tiempo de exposición era de unos diez minutos, y si el sujeto
se movía no impresionaba la placa. Por eso la calle parece
totalmente desierta, pero si nos fijamos bien sí que hay alguien que
estuvo quieto esos diez largos minutos. En la
parte inferior izquierda, justo donde la acera
se curva podemos ver una figura humana. Si cliqueais la foto
la veréis bastante ampliada, no obstante aquí os pongo
el detalle:
Ese señor
con una pierna levantada es la primera persona fotografiada de la historia.
Y la razón por la que estuvo tanto tiempo quieto es bastante simple, ¡le
estaban limpiando los zapatos! Con un poco de imaginación delante de
él podemos adivinar al limpiabotas sentado en el
suelo detrás de esa especie de fuente. Aunque
si seguimos con la agudeza visual y la
imaginación quizás encontremos más personas que le disputen el título
de 'primera persona fotografiada', para ello aconsejo pinchar sobre la primera
foto para tener una imagen ampliada. Si desde este defensor de la
limpieza del calzado desplazamos la vista hacia la derecha podemos intuir la
figura de un hombre sentado leyendo el periódico. También en el
edificio blanco que está en primer plano se adivina la cara de un
niño asomado a la ventana izquierda del último piso. No
me digáis que no es curioso que alguien haya pasado a la historia
(aunque no se sepa su nombre) simplemente por estar diez minutos 'sin hacer
nada', con ese baremo yo conozco mucha gente que seria famosisima.
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