La respuesta es evidente: El ojo.
De
hecho, las cámaras de fotos están claramente inspiradas en el
funcionamiento de nuestros globos oculares. Sí, al igual que las
cabinas de los trenes de alta velocidad lo están en el pico del
Martín Pescador. Sin embargo, el objetivo de este post es dar la
vuelta a este planteamiento, describiendo, así, las capacidades de
nuestros ojos utilizando la terminología empleada habitualmente por
los entusiastas de la fotografía
Un artículo publicado por ClarkVision
arroja algunas respuestas interesantes en las que merece la pena
reparar. No obstante, es importante que tengamos presente que nuestra
visión responde al trabajo conjunto de nuestros ojos y nuestro
cerebro. De hecho, nuestros ojos se están desplazando
constantemente, realizando una especie de barrido continuo que
permite a nuestro cerebro reconstruir las imágenes con una enorme
precisión.
Y, ahora, las cifras. Roger N. Clark,
un fotógrafo, astrónomo y científico formado en el MIT (Instituto
Tecnológico de Massachusetts), después de realizar unos cálculos
bastante complejos, ha llegado a la conclusión de que el ojo humano
tiene la capacidad de discernir hasta 530 píxeles por pulgada. Sin
embargo, como hemos visto, el continuo movimiento de los ojos y la
composición de los detalles que realiza el cerebro equivale a grabar
una toma de vídeo con una cámara equipada con un sensor de, al
menos, ¡576 megapíxeles!
Pero esto no es todo. En su artículo,
Clark llega también a la conclusión, comparando la sensibilidad a
la luz de una cámara DSLR Canon 10D con la del ojo humano, de que
este último tiene una sensibilidad aproximada de ISO 800. Esta cifra
indica que nuestros ojos son capaces de percibir, utilizando
terminología fotográfica, 2,7 electrones por píxel, entendiendo
por píxel cada uno de los fotorreceptores que incorporaría un
sensor CMOS. Curiosamente, esta es la sensibilidad del ojo humano
cuando es sometido a un entorno con muy poca luz, pero a plena luz
del día su sensibilidad es mucho más baja, y oscila alrededor de
ISO 1.
Y, para concluir, Clark calcula la
distancia focal promedio que nos ofrecen nuestros ojos. Este
parámetro oscila entre 22 y 24 mm, con una abertura equivalente de
3.2, aunque este último valor se va empobreciendo a medida que nos
hacemos mayores, lo que indica que nuestra abertura máxima cuando
nuestros ojos se encuentran en óptimas condiciones equivale a la
mencionada 3.2
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