A la explosión china no le han de faltar documentalistas gráficos. En mitad del crecimiento desaforado del gigante asiático, todos los estímulos callejeros recibidos por un viandante, o más aun, por un observador consciente, son incontables. Por eso, no es fácil plasmar el presente del país más poblado del mundo.
De China se espera que adelante a Estados Unidos dentro de una década para situarse como primera potencia económica mundial. Con un PIB de más de 28 billones de dólares, supondrá una quinta parte de todo el producto bruto mundial. ¿Qué está pasando mientras por sus calles, cómo se plasma en ellas la vida cotidiana de este vertiginoso ascenso?
La historia de Tao Liu encaja perfectamente con este acelerón. De la noche a la mañana, la vida de este lector de contadores de agua en su ciudad de Hefei ha cambiado. Sus imágenes, compartidas miles de veces en las redes sociales chinas, han llamado la atención incluso de la televisión pública CCTV.
El contexto en el que Liu, de 32 años, desarrolla su hobby tampoco escapa a la realidad china. Es en las pausas de su trabajo cuando Liu dice perfeccionar su técnica con la cámara. Una técnica que ha aprendido de manera autodidacta, entre manuales analógicos y tutoriales en internet. Su presente es, al igual que sus fotografías, consecuencia directa de un momento muy marcado dentro de la historia de China.
Liu no es el típico fotógrafo. Sus imágenes tampoco son las típicas que esperas ver del paisaje urbano. No parece dispuesto a cambiar su rutina para profesionalizarse. Al fin y al cabo, ha triunfado así.
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