Uno de los principales exponentes latinoamericanos del Light Painting es el brasileño Vitor Schietti, quien lo convirtió en su dominio técnico y es de los pocos fotógrafos que tienen una idea clara de los efectos que la luz y el aire pueden tener sobre objetos cotidianos. Para él, la luz es un pincel y el espacio el lienzo en el que escribe preguntas, sugiere respuestas, ensaya pensamientos y esconde misterios. En esta técnica el tiempo es el mayor aliado porque es el principal determinante de la distancia que será capaz de recorrer el pensamiento.
Para su serie de fotografía experimental titulada Esculturas etéreas, el fotógrafo trabajó con fuentes luminosas artificiales de pirotecnia, luces de led, faros de coches, luces urbanas y fotografía de larga exposición para iluminar los árboles y ciudades de su nativo Brasil. Las fotografías son el resultado de una mezcla entre la elección de fuentes luminosas, como el pintor que escoge entre uno u otro pincel, juegos de luces hechos al momento de la toma y un proceso posterior que combina hasta doce tomas para lograr una imagen final.
Esta serie de fotografías es el resultado de varios años de investigación de la fotografía de larga exposición y del uso de filtros ND, lo que fue vital para lograr aquel balance perfecto entre la luz del crepúsculo y el brillo de los fuegos artificiales. Al día sólo podía llevar a cabo unos cuantos intentos, pues el periodo de tiempo en el que puede capturar esa luz natural tiene una duración de apenas 30 a 50 minutos. El escenario de la mayoría de estas tomas es el altiplano central brasileño llamado “Cerrado”, cuyo ecosistema es parecido al de la Sabana. Las orillas del río Paranoa, las calles y algunos monumentos icónicos de Brasilia también fueron escenarios para estas “pinturas de luz”.
La exposición de su trabajo recibió el nombre de Esculturas etéreas porque las imágenes creadas evocan símbolos elementales como el triangulo, el círculo o pasean de forma orgánica por el escenario. Son formas compuestas de luz que jamás podrían ser encontradas en el mundo físico, y la única manera de observarlas es mediante la fotografía de larga exposición. No son más que una ilusión, un pensamiento imaginado por una mente humana que fue testimoniado por un ojo mecánico, el ojo de la cámara fotográfica. Cabe agregar que esta serie de fotografías siguen en proceso y vendrán más próximamente.
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