La fotografía de una hiena parda atravesando las ruinas de Kolmanskop, en Namibia, ha conquistado el premio Wildlife Photographer of the Year 2025. Su autor, el sudafricano Wim van den Heever, consiguió transformar un encuentro casual con la naturaleza en una imagen cargada de simbolismo.
La escena resulta hipnótica. La luz tenue que entra por las ventanas rotas ilumina al animal mientras avanza entre paredes desmoronadas, como si explorara las huellas de un mundo que ya no le pertenece. Más allá de su impecable técnica, la fuerza de esta fotografía radica en su capacidad para contar una historia sin palabras: la fragilidad del ser humano frente al poder persistente de la naturaleza.
En una época en la que la fotografía de vida salvaje suele centrarse en lo exótico o lo espectacular, Van den Heever nos recuerda que también hay poesía en el silencio y en los restos del tiempo. Esta imagen no solo documenta una especie, sino un diálogo entre el pasado industrial y la supervivencia animal. Tal vez por eso emociona tanto: porque en ella, la naturaleza no aparece como invitada, sino como heredera.
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