'La fotografía documental tiene un gran tirón en la sociedad porque te hace participar', Fernando Moleres
12 de diciembre de 2012 | 01:03 CET
La trayectoria de Fernando Moleres, con un segundo puesto y dos terceros puestos en el World Press Photo, indicaban que un día conseguiría ser el ganador absoluto de un premio tan importante como el que ayer mismo os comentábamos al haber resultado ganador en la segunda edición del premio Tim Hetherington Grant, instituido por, precisamente, World Press Photo y Human Rights Watch.Rápidamente nos pusimos en contacto con Fernando y éste muy amablemente ha respondido a nuestras preguntas.
Fernando Moleres nació en Bilbao, en 1963. Comenzó a trabajar como enfermero para poco después viajar a Nicaragua en 1987 durante el período sandinista. Fue allí donde comenzó Fernando a apreciar el valor de la fotografía aprendiendo de forma totalmente autodidacta.
Durante la década de 1990, combina su trabajo como enfermero con largos períodos de viaje para proyectos fotográficos, como ‘Children at work’, que dura varios años y lo lleva a más de 30 países. Por hacer mención, deciros que sus fotografías han aparecido en varias publicaciones internacionales, como Stern, la revista Stern, Le Figaro, Le Monde 2, La Republica, Io Donna, The Independent y The Sunday Times Magazine.
Durante la década de 1990, combina su trabajo como enfermero con largos períodos de viaje para proyectos fotográficos, como ‘Children at work’, que dura varios años y lo lleva a más de 30 países. Por hacer mención, deciros que sus fotografías han aparecido en varias publicaciones internacionales, como Stern, la revista Stern, Le Figaro, Le Monde 2, La Republica, Io Donna, The Independent y The Sunday Times Magazine.
Fernando Moleres ha publicado dos libros y ha tenido más de 20 exposiciones individuales en todo el mundo. Entre sus galardones más destacados honores incluyen Picture of the Year 2011, varias menciones en los World Press Photo, una W. Eugene Smith Grant, Erna y la beca de la fundación Victor Hasselblad así como International Photographer of the Year – Deeper Perspective Award de los premios Lucie Awards 2012. Y así entre otros muchos. Cuando para un poco y descansa, reside en Barcelona.
¿Quién es Fernando Moleres?
Un tipo interesado en participar, muchas veces de una forma activa en el momento que le ha tocado vivir. Yo voy a las manifestaciones casi siempre como manifestante, no tomo fotos. Llego a este punto en mi trabajo como fotógrafo despacio, haciendo lo que me sale de dentro sin estar muy preocupado del futuro.
¿Cómo era la primera fotografía de Fernando Moleres y cómo es ahora?
No hay mucha diferencia, quizá con una estética más depurada en cuanto a luz pero es la misma fotografía. Recuerdo una de las primeras fotos que hice en Portugal: eran unos niños durmiendo en la calle sobre una reja que salía calor de un aparcamiento. No había una intención detrás de aquellas fotos. Hoy tomo fotos parecidas con la intención de contar.
¿Qué es lo que te lleva un día a dedicarte al fotoperiodismo?
La curiosidad por el mundo y las ganas de participar en él. Yo, antes de ser fotografo era viajero, un viajero curioso por el mundo.
La lista de galardones es numerosísima, Fernando (World Press Photo, premio de fotografía humanitaria Luis Valtueña, W. Eugene Smith Prize y Erna and Victor Hasselblad Foundation Grant, … etc). A través del objetivo ves la miseria humana pero también ves la bondad. ¿Qué te lleva a cambiar como fotógrafo? Háblanos de ‘Children at work’, ¿fue con ese proyecto de más de 7 años y 30 países dónde se fraguó todo?
En aquel primer momento fotografiar, viajar y conocer el mundo era lo mismo. Concretamente, fue cuando viajaba por Sudáfrica cuando me encontré con la explotación del hombre por el hombre, incluso los obreros explotaban a los niños para llegar a una cuota de producción de 1000 kilos de caña. Un verdadero desastre humano. Un año después decidí trabajar sobre aquella realidad. Fue una planificación extensa que también me permitió conocer otros lugares y realidades a las que yo en mi pueblo nunca hubiera tenido acceso.
Un día surge la posibilidad de ir a fotografiar a Sierra Leona, donde la pobreza, el caos, la corrupción están omnipresentes allí pero donde, según palabras de John Carlin (que te acompañó en uno de los viajes), convive una bondad de la que deberíamos aprender. Y vas a Pademba Road, a la cárcel. ¿Cómo fue? ¿Lo conocías de antemano, habías oído hablar de ello?
A Sierra Leona llego después de varios meses de intentar encontrar un “agujero” para meterme y reflejar la realidad de las cárceles africanas. Yo quería hacer este trabajo. Fue un diseño largo y gracias a la ayuda de la beca Revela, de Oleiros, un pueblo de Galicia. Lo más dificil de ese trabajo fue conseguir el acceso de entrada. Una vez dentro, trabajar fue sencillo, los presos entendían qué hacia allí.
Quizá algo interesante para otros fotografos es contaros que regreso, más tarde a la cárcel, en agosto, para profundizar en la fotografía, ya que es la época de lluvias y en ese momento las luces de fuera se equiparan a las luces de dentro que yo había sacado la primera vez en la época más seca. Con esto quiero decir que hay que trabajar fuerte así como ser generoso en el trabajo y en la vida.
Hace poco hablábamos con Antonio Aragón, fotógrafo, también, que también ha creado unaONG para ayudar a los más desfavorecidos en otras zonas del planeta o con Alfons Rodríguez sobre la ética fotográfica ¿algo está cambiando (quiero creerlo así) en el fotoperiodismo de nuestro país?
No sé, creo que a la fotografía ha llegado gente de muchos ámbitos y con sensibilidades amplias, no solo aquel especializado en el oficio de fotoperiodista. La fotografía documental tiene un gran tirón en la sociedad porque te hace participar, contar tu punto de vista, denunciar, enseñar a los demás qué haces. Es un instrumento potente y de “fácil” acceso para todos.
La gente de nuestro país está empezando a pasarlo mal debido a la llamada crisis económica. No crees que se trata también de una crisis de modelo, de valores, de personas ¿Dónde hemos perdido el norte?
Estoy completamente de acuerdo en que es una crisis de un modelo económico basado en la avaricia, la competitividad, el engaño y la explotacion. Yo diría que es el modelo del IGNORANTE o de la ignorancia porque vivir bien es otra cosa que no se basa en esos valores.
Ir allí (a África) ¿cambio te supuso? Luego llega la idea de crear FMA, Free Minor Africa (una iniciativa no gubernamental cuyo objetivo es reinsertar en la sociedad a menores) ¿Cómo es el Fernando Moleres de después?
La fotografía me ha ayudado a ser más conciente. Este tipo de trabajo no se basa en “tengo que hacerlo”. No. Solo yo elijo qué hago y porqué. Y eso te ayuda aunque te dé un vértigo terrible en algunos momentos. Las posibilidades de crecer, como persona y fotógrafo, son muchas.
Fotográficamente hablando parte de esta filosofía de vida de la que nos hablas se traduce en “Waiting for an Opportunity”, un proyecto que acaba de ser premiado con el premio Tim Hetherington Grant, dotado con 20.000 euros por World Press Photo y Human Rights Watch. Imagino que dicho premio supone un gran impulso a la labor de denuncia a través de la fotografía que estáis haciendo ¿Cuáles son tus siguientes pasos en el mundo de la fotografía?
Ahora tengo que seguir con este proyecto fotográfico medio año pero con el proyecto Free Minor Africa mucho más tiempo. Despues, no lo sé. Pero es importante elegir bien los temas sobre los que se trabaja.
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