Eugeni Forcano, Premio Nacional de Fotografía 2012

Dice el Premio Nacional de Fotografía 2012, Eugeni Forcano (Canet de Mar, Barcelona, 1926), que este reconocimiento del Ministerio de Cultura le pilla por sorpresa "por su escandalosa edad". El jurado de este galardón, dotado con 30.000 euros, ha querido reconocer su larga trayectoria y la "extraordinaria calidad" de su trabajo de investigación sobre el lenguaje fotográfico. Él, autodidacta, prefiere resaltar de su obra que resulta "emotiva e interesa sobre todo a la gente sencilla" .

"Mi objeto es la gente anónima que no tiene voz", ha afirmado Forcano en declaraciones a Efe. "Empecé a hacer fotos de pequeño en mi pueblo, aunque no soñaba con algo tan fascinante como ser fotógrafo", cuenta. Un concurso de una revista le sirvió como oportunidad para hacerse un hueco en la profesión. "Entré en un mundo cultural y fabuloso", comenta. También se dedicó a la moda y empezó a ganar el dinero que le permitió "lograr espacios de libertad" y hacer fotos a la gente que "le gustaba".

"Más tarde hice fotos surrealistas y luego me planteé un desafío: si los pintores necesitan de la pintura y del pincel ¿por qué los fotógrafos no podemos usar la luz como generadora de imágenes?", añade. Estuvo "luchando" seis años en su estudio por conseguir "fotos que fueran la propia luz, que fuera ella la que generara la imagen. Son fotos insólitas y raras y ahora lo que hace falta es que gusten a la gente", recuerda.

De esas últimas imágenes sólo se han publicado las 14 que se contienen en la antología que le dedica Lunwerg pero, presume, "hay 200 fotografías insólitas, inesperadas e irrepetibles que esperan exponerse".

Comenzó a trabajar en la revista Destino en 1960 de la mano de Néstor Luján Fernández y Josep Vergés y Matas. Asimimo colaboró con la agencia Roldós, la Editorial Seix Barral, las agencias France-Presse y Dalmas o la revista Don, donde trabajó, entre otros, con Jaime Gil de Biedma y Juan Marsé. Parte su carrera se ha desarrollado en Francia y Suiza y en los últimos años se ha dedicado a la fotografía artística de carácter abstracto.

No utiliza las nuevas tecnologías pero, dice, tiene intacta la ilusión y una "gran fuerza interior" que le hace "seguir en la brecha". Y "ahora más", dice satisfecho por su premio.